"El optimismo disposicional fue definido por Scheier y Carver (1985)
como “la expectativa generalizada de
que van a ocurrir cosas positivas ” . Estos autores proponen
un modelo de auto-regulación según el cual, un individuo persiste en conseguir
un resultado si éste es percibido como alcanzable.
Dado que las personas optimistas esperan más resultados positivos en
situaciones ambiguas o menos controlables, son menos propensas que las
pesimistas a retirarse de la situación. Tanto el optimismo como el pesimismo
se consideran expectativas generalizadas acerca de las cosas que le suceden a
uno en la vida y se consideran como disposiciones estables (rasgos). En
general el optimismo disposicional se considera un rasgo de personalidad que
puede ser útil a la hora de encarar las dificultades de la vida. Las principales
vías a través de la cuales actuaría el optimismo disposicional para preservar
la calidad de vida tras el cáncer son: las estrategias adaptativas y de
autocuidado que utilizan en mayor frecuencia las personas optimistas, el mejor
funcionamiento de la respuesta inmune de los optimistas, tomando como
referencia la actividad de las células NK (natural killers), y el hecho de que
las personas optimistas perciben un mayor apoyo social."