La elección de las palabras
que utilizamos no es casual ni sigue una estrategia SEO. No luchamos contra erradicar
y mucho menos al sida, millones de personas en el mundo viven con vih y merecen
todo nuestro apoyo y respeto, no nuestra lucha. El sida, desarrollo de la enfermedad
causada por el virus de inmunodeficiencia humana, se responde acudiendo al
sistema de salud para tratarse tanto la infección por vih como sus síntomas o
manifestaciones que justifican el diagnóstico de sida. La fase sida es
reversible, no necesariamente mortal.
En España se diagnostican
cada año más de 3.500 nuevas personas portadoras del vih. Se estima que si
todas las comunidades Autónomas notificaran todos los casos de diagnóstico anuales,
como es prescriptivo, esta cifra alcanzaría los 4.000 nuevos casos. Infectarse
de vih no es algo infrecuente.
Según nos informa el Plan Nacional sobre sida, se estima que
actualmente viven en España entre 140.000 y 145.000 personas con infección por
el vih, de las que aproximadamente una de cada cinco (18%) no están
diagnosticadas. De ahí la insistencia en hacerse la prueba de VIH si se han
mantenido relaciones sexuales sin preservativo, porque es la principal vía de transmisión.
El número de pacientes con vih en tratamiento según la declaración de las CCAA
e IIPP ascendía a 116.408 personas en 2016.
¿Qué desafíos tenemos aún
pendientes por resolver?
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Acabar con la discriminación y el estigma de
las personas que viven con VIH. De ahí las campañas de ONUSIDA “Tu salud es tu derecho” y “Transmite respeto” del Plan Nacional sobre sida. En primer lugar, porque
todas las personas deberíamos tratar con respeto nuestras diferencias. Sin discriminarnos
ni explícita ni sutilmente. Pero es que además, si normalizáramos la infección por
vih como cualquier otra infección, liberándola de la carga moralizante que
tiene esta infección, más personas se harían la prueba sin temor, lo comunicarían
a sus parejas sexuales, y en un futuro, el vih se extinguiría porque nadie se
infectaría.
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Promover que las personas que tienen
situaciones de riesgo (sexo desprotegido o intercambio de jeringuillas), se
hagan la prueba de vih, lo que permite el control médico y tratamiento, y también
reducir de este modo las posibilidades de transmisión.
De forma paralela, alegra
conocer la innovación terapéutica de la medicación mensual o bi-mensual por
inyección, que está en fase de desarrollo, pero muy cerca de su implantación.
Llevo más de 15 años
trabajando en la respuesta al vih, y me apasiona por varios motivos. En otra
publicación, abordaré la revolución que ha supuesto el vih en nuestras vidas
desde un punto de vista optimista y reconocedor. Como diría Silvio Rodriguez, “quiero
que me digas amor, que no todo fue naufragar”… “dímelo, me va la vida en ello”.
Feliz Fin de semana!
Genial Sandra!!1, me ha encantado y me da toooda la fuerza para seguir en ello
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