En algunas ocasiones estamos tan cerradas en nuestra inmediatez
que nos creemos que la única solución o la mejor a nuestra situación presente es
salir de ella, huir más o menos temporalmente.
Esta idea que pudiera parecer natural e instintiva, en el
ser humano, cultural y mental, está muy mediatizada por el marketing que nos
satura todos los días con mensajes de alternativas de ocio para ser más
felices. Pero la trampa es bien sencilla, para consumir necesitamos dinero, y
para obtener dinero de una manera honesta, debemos trabajar, asumir
responsabilidades y producir.
Y cuando el nivel de trabajo y actividad no se adecua a
nuestras necesidades personales, ritmos y gustos, nos saturaremos y se cerrará
el laberinto, pensaremos que salir de la situación y “huir” temporalmente, será
la mejor y más accesible solución.
Pero ¿ y si encendiéramos la luz de nuestra vida? Si nos tomáramos
un tiempo personal para respirar, pensar y sentirnos, ¿qué nos diríamos? ¿Qué elegiríamos
hacer?
Ésta es la propuesta de reflexión que presentamos esta
semana, vísperas de la siguiente semana con días festivos…
¿Qué te dices?
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