El viernes 18 de marzo se
conmemora el Día Internacional del sueño.
Este día, organizado por la Asociación
Mundial de Medicina del Sueño nos propone que dormir sea un sueño
accesible para todas y todos, ya que estima que sólo un tercio de la población
consigue alcanzar un buen sueño según parámetros de salud.
Les sugiero que aprovechemos el
día para reflexionar sobre la importancia del sueño que la medicina y la
psicología nos han demostrado, y de las dificultades que tenemos para lograrlo.
Si bien, la medicina y la psicología del trabajo nos han demostrado
suficientemente las consecuencias de la fatiga física y mental en la
producción, son más importantes las consecuencias personales y sociales de los
trastornos del sueño.
Un buen sueño no se mide solamente
en cantidad sino también en calidad. Por lo que si bien es conveniente dormir
entre 7-8 horas al día, si esto se debe únicamente al uso de inductores al
sueño, o si este sueño no es reparador, podemos hacer algunas cosas más para
conseguir dormir lo suficiente y bien.
A veces no tenemos suficiente
tiempo para dormir, o nuestras preocupaciones y actividades no nos permiten
descansar durante las horas que estamos durmiendo. Si después de revisar su
higiene del sueño, no lo consigue, puede consultar a un especialista para ayudarle
a analizar sus rutinas de sueño y proponerle alternativas para mejorar su sueño
y su salud.
El sueño es como el tiempo, no
podemos acumularlo para compensar el insomnio.